“La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria”.
José Carlos Mariátegui
Heráclito de Efeso (actual Turquía) decía: “todo está en movimiento, el fundamento de todo está en el cambio incesante. Nada está estático”. Es importante resaltar este pensamiento porque es vigente. Es una de las bases de la dialéctica que asumimos como forma de análisis de nuestra realidad.
La izquierda en su desarrollo histórico, en nuestro país, atravesó diversas etapas, hubo de crecimiento, pero también de estancamiento. Actualmente, ingresa a una etapa de fluidez, de mejor comunicación y recepción con sus diversas bases en la población. Nada es estático.
Esta nueva situación de la izquierda, movilizada y con disposición a la lucha, preocupa a Washington y sus testaferros nativos; son estos últimos los grandes beneficiarios del gobierno aprista-fujimonteasesinista, son quienes pretenden tener un escenario político derecha-derecha; mostrando sus temores ante la aparición de una fuerza organizada del movimiento popular, que tiende a presentarse, en este escenario, como alternativa de gobierno.
Son estas las razones, como la inminente perdida del gobierno por parte de la derecha, el inicio de la cruzada para desmovilizar y desprestigiar a la izquierda, que tiene como blancos a sus dirigentes, bases y organizaciones. Señalando dentro de esta cruzada que la izquierda hace “política”, y “quiere tomar el poder”, tratando de confundir a la población, relacionando política con los peores actos humanos, como la corrupción y el aprovechamiento personal, que la misma derecha práctica; desprestigia y sigue desprestigiando la política haciendo el mal uso del gobierno y el poder.
En primer lugar, señalamos que hacer política es tener perspectiva de poder, la misma palabra política de origen griego deriva de polis, que significa ciudad, es decir, etimológicamente política significa lo relativo al buen gobierno de la ciudad. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, admite como una de sus acepciones de esta palabra: “Política es la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”. En este sentido hacer política con perspectiva de poder no es una novedad.
En segundo lugar, la izquierda insurge en nuestro país para conducirlo al progreso y desarrollo, potenciando sus fuerzas productivas, en un gobierno del pueblo y para el pueblo. Los que estamos en la izquierda y propugnamos el gobierno del pueblo para el pueblo, no estamos en ella para “beneficiarnos primero”, según reza el slogan de la casa de la corrupción, poniendo tarifa a los tramites del Estado, donde una cita de un empresario extranjero con el presidente de la República vale 15 mil dólares. Jorge Basadre ya había señalado a estas instituciones como el “establo” o la “trastienda del poder”, donde los mercachifles de la política hacen subasta del toma y daca.
En tercer lugar, tenemos a Mariátegui como el primer hombre de izquierda, cuya construcción, de la izquierda, esta llena de lucha y de entrega hasta de la propia vida, que conforman los mártires de la izquierda y del pueblo.
Finalmente, insistimos en la orientación prístina de la política según Mariátegui, “la política dignifica cuando es revolucionaria”; de asumir con autocrítica nuestros errores del pasado, como por ejemplo fue la Asamblea Nacional Popular, realizada en Villa El Salvador en el año 88, con la participación entusiasta de más de 2 500 asistentes, que se convirtió en pugna de barras bravas y no de alternativas y propuestas para el país. No volver a cometer estos errores, para convertirnos en alternativa de gobierno y de poder. Saber trabajar como Frente Único, rompiendo esquemas burocráticos y sectarios. Salvando las distancias y las diferencias políticas, tenemos el Frente Amplio del Uruguay, Alianza Patriótica para el Cambio del Paraguay, la Concertación de partidos por la democracia en Chile entre otras experiencias a nivel de Latinoamérica.
Seguiremos haciendo política hasta tomar el poder.
JAIME ROQUE
06/08/08
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