La educación en general es parte de la superestructura del Estado; no es causa u origen, por el contario es efecto o destino de la política de quienes están en el gobierno o poder del Estado. Mariátegui decía con la objetividad que lo caracteriza, sobre la realidad educativa peruana, que: “no se puede democratizar la educación si antes no se democratiza la economía”.
García con la hipocresía que lo caracteriza, dice en Pisco, lugar donde no mueve ni una piedra de las viviendas de los damnificados del terremoto, donde siguen viviendo al desamparo del Estado peruano y abandonadas a su propia suerte, “no darán ni un paso atrás, para mejorar la calidad de la educación y que es una vergüenza que el país se ubique en el último lugar del mundo en esta materia”.
Nos preguntamos, ¿Qué hizo por la educación el Apra durante su primer gobierno?, veamos algunas respuestas:
Nombró a miles de apristas como profesores, auxiliares de educación, auxiliares de laboratorio o de biblioteca donde no existía ninguna de estas.
Su programa educativo “Educación para la vida” que enarboló doña millones Meche, en el contexto de su proyecto político “Futuro diferente”, fue un completo fracaso; los cambios curriculares que se hicieron fueron los exigidos por el FMI y el BM, desaparecieron los cursos de sociales y el absurdo de la educación inicial a partir de los 5 años, ojo que el actual Ministro tercio Chang, amenaza, pronto, con un cambio curricular, que miedo.
La cobertura educativa decreció, aumentando de 1 hasta 2 millones de niños, que abandonaban la escuela por motivos de la salvaje e inhumana crisis galopante del desgobierno aprista, muchos de ellos ahora jóvenes o ya maduros, son los que se van del país, engrosan las filas de los desocupados o son los trabajadores de mano de obra barata que hoy recusa el hipócrita García.
Maestros obligados a realizar otras actividades, fuera de la labor pedagógica, comerciantes, taxistas u otros, para sobrevivir en medio de la peor crisis económica de la historia republicana.
Persecución y hostigamiento a los maestros, bajos sueldos y las peores condiciones de vida que propició las huelgas del Sutep durante 1988 y 1989.
Desconocimiento y no aplicación de la Ley Nº 24029 sobre la Ley del Profesorado.
Podemos seguir con otras perlas más, de la actual crisis educativa, teniendo como uno de sus responsables a los mediocres apristas, que son incapaces de resolver sobre el desarrollo y progreso de nuestro país, menos la crisis educativa. Es más, se pretende acusar al gremio magisterial de la actual situación de la educación, con las falsas acusaciones de chantaje a las regiones y de estar coludidos en el nombramiento de profesores; al respecto el Sutep en algunas oportunidades, ha formado parte de comisiones de evaluación de expedientes, como en el gobierno de Paniagua, siempre actuando con trasparencia y defendiendo los derechos de los maestros, pero estando en minoría, la mayoría siempre la han tenido los funcionarios de las Ugels, Dred, u otros organismos del sector educación. Además como gremio profesional le asiste el derecho de estar presente en todas las comisiones donde se tenga que cautelar los derechos profesionales, que nos asiste. Por el contrario, hoy vemos en el malhadado DS 004 que “los representantes de los docentes solo pueden participar como veedores y solo para la segunda etapa”, o sea invitados de piedra cuando sus derechos son vulnerados como es en el caso del tercio aprista.
La calumnia y la infamia no pasarán, ni un paso atrás, la lucha de los maestros por la justicia y la verdad recién empieza.
JAIME ROQUE
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